Proyectar, conservar o mantener cualquier infraestructura en el medio acuático como por ejemplo, un emisario submarino, requiere conocer el estado en el que se encuentra la propia infraestructura y/o el medio donde se localiza. La inspección visual es la primera comprobación que se debería hacer al comenzar cualquier proceso de toma de decisiones que afecte a una Infraestructura.
En el sector naval las inspecciones periódicas de los buques no sólo son útiles para planificar las labores de mantenimiento sino que también son preceptivas para renovar los certificados de navegabilidad.
Tradicionalmente, las inspecciones se han realizado por equipos de buzos que filman lo que ven para que otros puedan diagnosticar y evaluar lo que han observado. Hoy en día se dispone de circuitos cerrados de televisión (CCTV) para ver desde superficie a tiempo real lo que el buzo ve mientras realiza la inspección.
En ambientes hostiles para los buzos, como las grandes profundidades, las aguas de escasa visibilidad, las instalaciones industriales o las aguas contaminadas, es práctico hacer uso de un vehículo operado por control remoto llamado ROV (Remote Operated Vehicle). A estos dispositivos se les puede instalar una cámara o un CCTV y podrían realizar la inspección siendo pilotados desde la superficie.
Para abordar inspecciones de una zona de gran extensión en la que no se requiere un gran nivel de detalle, se puede optar por realizar la filmación mediante un CCTV instalado en un trineo y arrastrado desde una embarcación.